Una Historia Maravillosa.

Dicen que cuando dos almas gemelas se encuentran, estén donde estén se forma un gran silencio, un silencio absoluto solo roto por un golpe seco y certero en medio del corazón. El sábado vivimos una historia de amor de las que ya no quedan, una de esas historias que te hacen un nudo en la garganta que solo se puede deshacer a golpe de lágrimas, una de esas historias que lejos de estar dentro de una fría pantalla son protagonistas de la realidad, de la pura y maravillosa realidad.

Sabes esas veces que dos personas encantadoras se conocen y forman algo todavía más maravilloso, cuando lejos de cambiarse el uno al otro ambos se mejoran, transmiten felicidad, radian cariño simpatía, en sus ojos llevan la marca de las grandes personas, y todo esto te envuelve a ti... y te sientes orgulloso de ser un espectador privilegiado.

Ellos son protagonistas de una gran historia, que perdurará por mucho tiempo y que el sábado sellaron sin la parafernalia de la iglesia, la sellaron delante de sus familias y sus amigos, lo sellaron ante ellos mismos que al fin y al cabo es lo que importa.

Luego hubo banquete y fiesta y copas y vete tu a saber que más, pero lo importante fue que por una vez, por una noche volví a creer en el amor, en su belleza y en su grandeza...

Así que ahora que por fin he logrado quitarme ese nudo de la garganta y esa sonrisa de idiota, ahora por fin puedo deciros, María, Isma, enhorabuena, se que seréis muy felices, y se que lo compartiréis con nosotros.

Os quiero.