Veo

Éste puente de Semana Santa hemos vuelto a los orígenes.

Pertenezco a una tribu de pastores sedentarios que tenían tanto tiempo para pensar como horizonte que contemplar. Y el horizonte en mi tierra es muy definido y está muy muy lejos, tanto como la vista te alcance a divisar. No hay montañas ni bosques que te impidan ver el final. Una tierra llana llena de colores, de contrastes y de gente, que en aquellos tiempos filosofaban de lo divino y lo humano mientras contemplaban todo lo que a su vista pertenecía... el campo... y el cielo... protagonista, majestuoso, espectacular tanto de día como de noche.

Aún recuerdo como de pequeño me encantaba tirarme en la hierba y adivinaba figuras en las nubes que rompían el lienzo azul inmaculado.


Ahora, tras la sucia ventanilla de un coche me he parado a sacar unas fotos, para que veáis, lo que yo, cuando vuelvo a los orígenes, ya no tengo tiempo de detenerme a contemplar.


Besos y abrazos.









Por cierto, entre las hojas de un viejo libro encontré una foto, creo que han pasado 23 o 24 años desde entonces (uff.... joooooder).

Para que luego digais que no pongo fotos (en ésta todavía no me había salido la franja negra en la cara.....)

;)



Si... no es que tuviese cara de malo... lo era... definitivamente lo era.

:P